FÀBULAS DEPORTIVAS
El Principito tapatío.
Por Daniel
Godoy
“Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo
recuerdan)”
Antoine de Saint - Exupery
Hasta el 20 de agosto de 2005 antes de las 9 de la noche, pocas personas en
el mundo habrían escuchado el nombre de Andrés Guardado, muy posiblemente, ni
siquiera dentro de la cerrada “familia” del fútbol mexicano se le había
escuchado nombrar. Andrés, un menudo joven perteneciente al Atlas de
Guadalajara debutaba al entrar de cambio en un intrascendente partido de la
liga mexicana entre el mencionado equipo y los Tuzos del Pachuca
correspondiente a la fecha 5 en el
torneo apertura de aquel año.
José Andrés Guardado Hernández (como se lee en su acta de nacimiento)
debutó, como muchos otros jóvenes en México, gracias a la ahora inexistente
regla de alinear a un chico menor a 21 años durante una determinada cantidad de
minutos a lo largo del torneo -so pena- de ser sancionados con la disminución
de 3 puntos. A diferencia de muchos de ellos, Andrés nunca formó parte de
alguna selección con límite de edad ni fue señalado por los “expertos” como la
próxima gran esperanza del fútbol azteca, a diferencia de casi todos ellos,
Andrés se apropió ipsofacto de un puesto como titular y no volvería nunca más a calentar la banca rojinegra. Menos de 2
meses después marcaba su 1er gol como profesional, en menos de 4 fue llamado a
la selección mayor de su país.
En diciembre
del mismo año y con 19 primaveras recién cumplidas, Guardado se enfundaba la
verde entrando de cambio en un amistoso contra Hungría, esa misma verde que se
le había negado en el mar de selecciones “subs” que conforma año con año la
Federación Mexicana de Fútbol.
“Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy
aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”
Transcurridos 4 meses y para sorpresa de todos, Ricardo Antonio Lavolpe lo
incluía en la lista preliminar del TRI para el mundial y semanas después, en un
hecho sin precedentes en la historia contemporánea del fútbol mexicano,
Guardado aparecía en la lista final de México para disputar la Copa Mundial a
disputarse en Alemania. Apenas 9 meses habían transcurrido desde aquella noche
del debut…el tiempo de gestación perfecto para el nacimiento de la nueva
sensación del fútbol azteca.
La historia a partir de ese momento tomo un rumbo vertiginoso y ascendente.
Andrés debutaría en el partido más importante del mundial enfrentando a
Argentina, pánico escénico de lado, el joven atlista cumplía con una gran
actuación en la cancha pero una desafortunada lesión le impedía concluir el
encuentro –gris presagio de la cruz que tuvo que cargar tiempo después- sin
embargo, esos 66 minutos fueron suficientes para llamar la atención de diversos
buscadores de talento alrededor del mundo. La salida de Andrés era cuestión de
tiempo.
Ya consolidado
en la selección y convertido en figura de la liga local, Andrés Guardado fue
vendido un año después del mundial y la aventura del Principito desembarco en
La Coruña donde fue recibido con la esperanza de ser la piedra angular para
revivir las viejas glorias del “Super-Depor”.
“Tuve, pues, que elegir
otro oficio y aprendía pilotear aviones. He volado un poco por todo el Mundo”
La aventura no cuajo así, al menos no en lo
colectivo, el Depor navegó por los puestos medios de la Liga durante 3
temporadas y el Principito nunca se perdió menos de 10 encuentros por temporada
debido a problemas físicos, sin embargo, su clase dentro de la cancha era
indudable y Andrés se erigía como uno de los grandes ídolos de La Coruña y un
referente indiscutible de su selección… todo cambiaría en 2010.
Después de la experiencia soñada en Alemania 2006, Sudáfrica 2010 se
pareció mas a un abrupto despertar en la carrera de Guardado. Ya no era mas el
joven maravilla del TRI, lugar ocupado por 4 miembros de la “generación dorada”
que ganaron el mundial sub 17 más 1 que a base de goles y carisma se robo el corazón
de los mexicanos y le llenó el ojo al mismísimo Sir Alex Ferguson que terminó llevándolo
al Manchester United. No era tampoco miembro de aquel grupo de líderes que
estaban presentes en las convocatorias desde hacia casi una década cuando el
mismo entrenador los dirigió en Corea y Japón.
“Viví así, solo, nadie con quien poder hablar verdaderamente”.
Guardado terminó sumido en un limbo futbolístico potenciado por un
entrenador que nunca lo consideró como pieza clave en su esquema, 2 partidos incompletos
como titular, uno màs entrando de cambio
y uno en el que ni siquiera fue tomado en cuenta fue el balance final de un
mundial que significo el inicio del peor año futbolístico en la carrera del
Principito.
De vuelta a La Coruña y ya envuelto en rumores de traspaso y criticas de la
afición que antes lo vitoreaba, Guardado se pasó la temporada lesionado, participando
apenas en 5 encuentros de la 2010/2011 al tiempo que el otrora “Super-Depor” se
hundía y terminaba perdiendo la categoría en España…los aplausos y vítores se habían
transformado en abucheos y cuestionamientos pero como en todas las grandes
historias….después de la tormenta viene la calma.
“Nosotros, que sabemos comprender la vida, nos burlamos tranquilamente de
los números.”
Con el nuevo año futbolístico, llegó un nuevo entrenador a la selección que
deposito toda la confianza en Guardado convirtiéndolo en pieza clave para que
México consiguiera el titulo de la Copa Oro, y contra todos los pronósticos,
Guardado permaneció en 2da división con el Depor y vivió su mejor año como
profesional; alejado de mundiales, eliminatorias, pero sobre todo de lesiones, Andrés
cumplió con la mejor temporada de su aventura europea : 42 partidos, 11 goles,
1 reconciliación con la afición y 1 título que regresó inmediatamente al
Deportivo La Coruña a la llamada “Liga de las estrellas” fueron el broche de
oro a una brillante redención del Principito.
"Es una cuestión de disciplina, me decía más tarde
el principito”
En días pasados Andrés fue presentado con el Valencia y el sueño de jugar
en uno de los mejores equipos de Europa y participar en la UEFA Champions
League está a solo semanas de distancia. Nada mal para el chico de 1 metro y 69
centímetros del que poco se sabía antes que Lavolpe apostara arriesgadamente
por él. Nada mal para el chico que 2 años atrás pasó por la inexplicable
incertidumbre y el trago amargo de un mundial por demás extraño para su
selección. Nada mal para el joven que pasó de ser ídolo a villano en el Depor y
que finalmente logro despedirse con gloria.
“A mí me habría gustado más comenzar esta historia a la manera de los cuentos
de hadas”
Cuando Andrés
debutó en el Atlas lo hizo entrando de cambio por un chico llamado Marcelo
Macedo…cuando se presento con el TRI fue en sustitución de José Antonio Olvera…Andrés
bien pudo ser otra de esas historias, otro Macedo, otro Olvera, otro de los
miles de jóvenes que pasan sin pena ni gloria por el fútbol profesional…pero
este chico de apenas 1.69 de estatura tenia algo especial…algo que lo ha
llevado ha convertirse en el Príncipe del fútbol mexicano. Esperemos que lo
mejor aun esté por venir.